lunes, 10 de junio de 2013
Mi mundo
Anna Berezovskaya
El durmiente del valle.
Le dormeur du val, Arthur Rimbaud (1854-1891)
Es un claro del bosque donde canta un río,
Cuelgan enloquecidamente de las hierbas harapos
De plata; donde el sol de la orgullosa montaña
Luce: un pequeño valle espumoso de luz.
Un soldado, joven, atónito, cabeza desnuda
La nuca bañada en el suave azul,
Duerme; está tumbado en la hierba, bajo el cielo,
Pálido en su verde lecho donde llueve el día.
Los pies en los gladiolos, duerme. Sonriendo como
sonreiría un niño enfermo, descansa:
Naturaleza, mécelo cálidamente: tiembla.
Ya no le estremecen los perfumes;
Duerme en el sol, la mano sobre el pecho,
En calma. Se ven dos agujeros rojos en el costado derecho.
Es un claro del bosque donde canta un río,
Cuelgan enloquecidamente de las hierbas harapos
De plata; donde el sol de la orgullosa montaña
Luce: un pequeño valle espumoso de luz.
Un soldado, joven, atónito, cabeza desnuda
La nuca bañada en el suave azul,
Duerme; está tumbado en la hierba, bajo el cielo,
Pálido en su verde lecho donde llueve el día.
Los pies en los gladiolos, duerme. Sonriendo como
sonreiría un niño enfermo, descansa:
Naturaleza, mécelo cálidamente: tiembla.
Ya no le estremecen los perfumes;
Duerme en el sol, la mano sobre el pecho,
En calma. Se ven dos agujeros rojos en el costado derecho.
Arthur Rimbaud (1854-1891)
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