(...)y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa(...)y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita del papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico. Julio Cortázar |
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