Deja las letras y deja la ciudad... Vamos a buscar, amigo, a la virgen del aire... Yo sé que nos espera tras de aquellas colinas en la azucena del azul... Yo quiero ser, amigo, uno, el más mínimo, de sus sentimientos de cristal… o mejor, uno, el más ligero, de sus latidos de perfume… No estás tú tambiénun poco sucio de letras y un poco sucio de ciudad?Juan L. Ortiz
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